Εὐαρέστησις.
Heráclito, 97 AGC / A21-DK
Bienestar.
—…sí, un café, y un poco de agua clara y fresca.
—Y un Ribera del Duero aquí, / que tiene gracia la cosa, no me digas: que sea al mismo tiempo «Ribera del Duero» y uno cualquiera, el que aparezca aquí sobre la mesa cuando lo traigan, que, con todo, ya ha aparecido al decirlo.
—Y que sea, además, uno cualquiera sin dejar de ser uno… en fin, parece que ese es uno de los costados de los embrollos con que va tirando el personal haciendo para ello, para poder seguir tirando, como que no se da cuenta por lo bajo.
—Será acaso porque este ‘bajo’ no es lugar ninguno, a diferencia de lo que le pasa a lo ‘alto’ en «ahí en lo alto».
—Algo así será, y no deja de tener que ver en ello un asunto al que le andaba dando vueltas, una frase de esas que se repiten como si se entendieran, una del estilo de «Conócete a ti mismo», que es una trampa o truco o, como dirían tal vez los que hablan jergas, un «test».
—Esa, desde luego, es de armas tomar: las armas del lenguaje, que es pólemos. Que solo con recordar la translación de lo griego mediante la dupliclidad «-te / a ti mismo» ya se ve por dónde van los tiros… pero supongo que no es esa la que te andaba rondando.
—No, sino otra, que no anda tampoco muy alejada aunque de primeras no lo parezca: esa que habrás oído decir tantas veces y decir que «Buddha» la dijo: «Todo es sufrimiento».
—Sí, qué pesadez; no de la frase, sino de los multiplicadores de ella y de la doctrina que creen extraer de lo que la rodea y de lo que rodea al tal «Buddha», que me da que ni una cosa ni la otra deben de ajustarse a lo que sea que haya de verdadero por ahí.
—Lo primero, que «sufrimiento» no corresponde con precisión al supuesto original, en el que se oye, dicho en sánscrito, algo como sarvaṃ duḥkhaṃ: lo que suelen llamar «La primera Noble Verdad» de las famosas cuatro. Pues bueno, que duḥkha(ṃ) no es ‘sufrimiento’ sino más bien ‘malestar’, una transformación de un anterior duḥstha, compuesto de dus– y –stha: el primero, equivalente al griego dys-, que tenemos en castellano en palabras como ‘díscolo’ o ‘dislexia’, el segundo, una raíz ‘verbal’ con sentido equivalente a nuestro ‘estar’: así que ahí lo tienes, malestar.
—Que tampoco es extraño que haya sido malentendido como ‘sufrimiento’, pues en este idioma que nos usamos se habla de malestar como la situación causada por la fiebre o una enfermedad, bien la llamen «física» o «psíquica», o también aquello de «El malestar en la cultura» y cosas por el estilo.
—Pues sí, y dándole la vuelta a la cosa, a ver si así se entiende un poco mejor, se puede, y por tanto se debe, decir que cualesquiera sufrimientos no consisten sino en malestar, esto es, en estar mal. Y ahí está el meollo de la cosa: en comprender qué es eso de «estar mal».
—Que es que, claro, ¿se puede estar mal? ¿Está jugando ahí la distinción moral ‘bien/mal’?
—Pues se diría que no, que de lo que se trata más bien es de una cuestión de ‘sí/no’: de ‘estar/no estar’, en lo cual ‘no estar’ podemos simple y llanamente contemplarlo como equivalente de ‘estar mal’, y cualquiera que se deje estar, que es lo mismo que estar aquí, pues ¿dónde, si no?, pues eso, que cualquiera que se deje sentirlo se da cuenta de que esto de estar, de estar aquí, de estar ahora, ¿cuándo, si no?, solo puede ser bueno, bueno sin ‘malo’ que de veras se le oponga, salvo como fantasía.
—Entonces… eso de ‘estar mal’ solo puede querer decir que anda uno fantaseando con esa imagen de «sí mismo» que cree que es él, y la lleva de un lado para otro, a derecha y a izquierda, a izquierda y a derecha, en su pantalla ahí en lo alto, y se dice cosas como «Podría estar ahí, en la playa», o «Qué bien lo pasé en ese conciertazo de rock».
—Y, a la vez, ha de poner en ese biombo de ficciones la ideación de lo que cree que le está pasando en «el Presente», que será tan Pasado como el Futuro junto a los que lo coloca, «En lugar de estar ahora leyendo la Metafísica de Aristóteles podría estar ahí en la playa, o en aquel lago entre montañas que me gustó tanto»: haciendo como que ahora, que no es Tiempo ninguno, fuera compatible con cualesquiera ideaciones durativas, lo cual, claro está, no puede ser.
—Oye, por cierto: ¿no resultaba que eso de ‘sufrir’ proviene de un ‘sub-ferre’ del latín que significa, al fin y al cabo, ‘soportar’?
—Sí, y viene ese recuerdo en ayuda de lo que tratamos de irnos aclarando: pues eso de ahí en lo alto, esas ideaciones, son las que, con la condición de que creamos que son verdad y no solo Realidad, portamos encima… y ese es todo el malestar que cabe.
—Una deleitosa combinación y juego, además, entre el so-portar o sub-portar y el sobre-llevar, con esos ‘sub-‘/‘sobre-’ prefijados a ‘portar’/‘llevar’ que se diría que nos sugieren cómo se ha de entender la cosa…
—No es casualidad, desde luego, que lo mismo se diga que soportamos tal o cual padecimiento como que lo sobrellevamos, o a veces, simplemente, sin prefijos, como en «¿Qué tal lo llevas?», pregunta que, dicha así, sin más ni más, esto es, sin ponernos a sustituir ese ‘lo’ por ninguna palabra con significado, se diría que tiende más hacia algo como no del todo agradable, como por ejemplo el empolle de los temas para la Oposición a Funcionario o el desengaño amoroso nunca de veras desengañado o el trancazo que incita a la peña a creer en Virus o diablillos de similar calaña…
—Y ese juego entre sub- y sobre-, se diría que tiene que ver con lo que comentábamos acerca de ‘bajo’ y ‘alto’…
—Y bien dicho estaría, pues ahí se advierte la constante confusión que trata de equipararlos como si ambos fueran ‘sitios’ o ‘tiempos’ en los que «pasan cosas»: y no, que es que ahora, aquí, yo no soy nada ni nadie, de manera que no puedo soportar eso que contemplo como fantasía o ficción de, ante todo, «mí mismo»: pues yo no soy ese que pinto y multiplico en el muro de las lamentaciones, en la telilla de los monigotes, en la Realidad, técnicamente dicho; de manera que no hay nadie para soportarlo, ni para sobrellevarlo.
—Así que eso que aparece ahí quietito cuando lo digo… eso no es de verdad, ¿verdad?
—Y qué rico esto, ¿no?
