¡Vivo con mi madre! (En la calle del pepino)
Cuando era joven me decían que a los cincuenta ya vería: ahora ya los he cumplido y no veo nada[…]
Leer másCuando era joven me decían que a los cincuenta ya vería: ahora ya los he cumplido y no veo nada[…]
Leer másPorque el otro es el verdadero peligro. Aquel que nos hace ausentarnos de nosotros mismos y que, al mismo tiempo, nos recuerda hasta qué punto estamos realmente presentes. Esta forma de ausencia en la presencia es la que da lugar al nacimiento de una tercera persona, distinta del uno y del otro, una especie de tercer corazón…
Leer másConocerlo significó tomarme en serio la locura y no frivolizar con ella, ese lugar donde los significantes se ordenan de manera anómala. La poesía se aprovechó de ello y bendijo sus textos, sí, porque la imaginación siempre está dispuesta a escapar de la tiranía del concepto, pero la vida se le resintió indeciblemente…
Leer másLos psicólogos hoy califican a ese fenómeno como “síndrome de Superwoman”. Plath ya sentía algo de eso en su interior en unos años cincuenta de posguerra próspera triunfante en los que a las mujeres apenas se las pedía más que ser las sumisas y encantadoras operadoras de sus nuevos y flamantes electrodomésticos…
Leer másSus requisitorias contra Dios, contra la Realidad, contra el Estado, contra la Democracia, contra la Sociedad del Bienestar, contra la Familia, contra el Tiempo, etc., no hacen otra cosa, una y otra vez, que denunciar usos perversos de un lenguaje sometido a, y apropiado por, el Poder, contra el que se alza, como suprema instancia…
Leer másEscribir poesía tenía que servir para algo que estuviese fuera de sí mismo. Repetía que escribía un poema porque pensaba que el poema quiere ser escrito…
Leer másEste artículo pertenece a una selección de «pre-textos» con motivo del I Congreso de La Filosofía contra la Pobreza que tendrá lugar en Barcelona próximamente….
Leer másEra, sin duda, bendita en su quehacer poético pese a declararse atea, puesto que cantaba a lo gratuito, liviano y de posesión común, o sea, a aquello que es de todos porque realmente no es de nadie. Además, lo hacía en versos sencillos, de métrica alada, tan despegados de su propia subjetividad…
Leer másEl más emblemático de los filósofos actuales (Ernesto Castro) no deja indiferente a sus lectores, de ahí este comentario de Francisco J., filósofo y ajedrecista que nos acompaña en la lectura de aquel.
Leer másYa nadie puede dudar de que el fin de la ciencia, sea ciencia natural o sea ciencia humana, es lo que Leibniz denominaba el Ars Inveniendi, es decir, el arte de inventar o forjar nuevas teorías y aplicaciones, si es que hoy pueden separarse abstractamente ambos momentos.
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