Una década sin Agustín García Calvo
Ortega reclamaba responsabilidad, mientras que García Calvo detestaba la responsabilidad y desde luego no era capaz de creer en destino alguno. Y justo en esto es en lo que me resulta difícil seguirle. Aun estando a favor de la emoción, los sentimientos y la ternura, no parece posible abandonar el mundo a su suerte, a su anárquica y heracliteana fluencia.
Leer más