Hōsha‘nā en las alturas
Le decimos a lo futuro «el porvenir», esto es, lo por venir: pero ya me dirás tú cómo va a venir si previamente no está ya bien puesto en su sitio: que ya está venido, vamos, venido y revenido…
Leer másLe decimos a lo futuro «el porvenir», esto es, lo por venir: pero ya me dirás tú cómo va a venir si previamente no está ya bien puesto en su sitio: que ya está venido, vamos, venido y revenido…
Leer másNo es posible conseguir que alguien abandone por la vía del razonamiento una convicción a la cual no llegó razonando…
Leer másCompuesto de naufragios, retornos, encuentros más allá de la historia. La presencia de la Nueva España a través de Rodrigo de Vivero y Aberruza, y el invisible pero poderoso influjo de Miyamoto Musashi…
Leer másMurasaki plasmó para la posteridad una mirada ajena a Occidente que se fusiona con lo masculino para crear un héroe distinto a los que han dominado el escenario novelístico universal…
Leer másLo que se ve en los momentos de contacto carnal es, insisto, amor más que excitación, un cariño que podría vencer al tiempo y que viene servido por analogía a un mitema griego al que se saca un maravilloso partido…
Leer más(…) No era otra cosa que el esfuerzo por despojarse de las razones con que los hombres se constituyen (imaginariamente), aquella insólita reivindicación de Marx fue el primer paso para eliminar las razones que estorbaban que Marx ayudara efectivamente al despojamiento de lo que impide a los hombres que sepan lo que les pasa…
Leer másViolencia, delirio, pausa y renovación del deseo, recurrencia inevitable. (…) La tristeza es la causa de la melancolía, pero que también lo es el apetito concupiscible (…) “el deseo no tiene descanso”, es infinito en sí mismo, inacabable…
Leer másQuizás por eso prefieren jugarse la vida en una patera a matar a los suyos. Quizás no estén dispuestos a esos procesos revolucionarios que los europeos llevamos a cabo con gran diligencia. Y esto, a mí, me parece muy loable.
Leer másCuando era joven me decían que a los cincuenta ya vería: ahora ya los he cumplido y no veo nada[…]
Leer másPorque el otro es el verdadero peligro. Aquel que nos hace ausentarnos de nosotros mismos y que, al mismo tiempo, nos recuerda hasta qué punto estamos realmente presentes. Esta forma de ausencia en la presencia es la que da lugar al nacimiento de una tercera persona, distinta del uno y del otro, una especie de tercer corazón…
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